Llamamos indicadores
de espacio en la bidimensión (dibujo, pintura, fotografía, etc) a los modos
de organizar las formas en el plano para crear una ilusión de profundidad y
volumen en una superficie bidimensional . De esta manera, el que observa la
imagen plana interpreta un espacio tridimensional. Estos indicadores pueden
estar presentes todos en la misma imagen, pero para estudiarlos es importante
reconocer a cada uno.
Gradación de tamaño:
en general se establece una relación entre el tamaño de las formas que interpretamos
más cercanas como las que se representan más grandes e interpretamos más
lejanas las que se ven más pequeñas en la superficie.
Posición o ubicación
en el plano: En general a las formas que vemos más arriba en la superficie,
las interpretamos más distantes y las que se encuentran más abajo, las
interpretamos más próximas.
Superposición:
Los objetos a distintas distancias de nosotros casi siempre se superponen.
Cuando un objeto cubre parte de otro sabemos por experiencia que debe estar
delante de él, por lo tanto, es probable que esté más cerca. Por eso en una
imagen bidimensional, si una forma está ocultando parte de otra, interpretamos
que está adelante.
Transparencia: En
el caso de encontrar formas que en vez de superponerse y ocultar , dejan ver a
la otra, se interpreta que esa forma es transparente. Dependiendo de cómo se
presentan los demás indicadores, puede entenderse que esa forma transparente,
se encuentra delante de otra opaca.
Contrastes de color:
Asociados a otros indicadores de espacio, los contrastes de tono ayudan a
diferenciar las formas. Algunos tipos de contraste se asocian a la percepción
de que una forma se interprete más cerca o lejos. Por ejemplo, los tonos cálidos pueden parecer “avanzar”
y estar más próximos y los tonos fríos parecen “retroceder” o encontrarse más
lejanos.
Todos estos indicadores pueden asociarse con el uso de diagonales y técnicas para
representar un espacio en perspectiva.